TUMBA
En cruel abandono
se encuentra alguien
descansando en un lugar cerrado
lo que un día fue una vida
y ahora es sólo una
muerte
que aquí ya ha cumplido su ciclo
llenando a tantas personas
de amor y dejando sólo su recuerdo
quedando en paz
pero dejando un inmenso dolor.
(Janeth Reyes)
PALABRAS
Entre la lluvia con olor a tierra mojada
Y yo mojada entre ella de agua
Observe la mirada de tu vida
Tus ojos negros como la noche
Y bellos como la trama de la novela
Aun mojada y sin maquillaje
Maquillaje que se desvanece con el agua
Agua que es vida
Vida para calmar esta sed
Sed que me haces expresar sin sudor
Sudor que recorre mi piel
Piel que roza contigo cuando estamos en el rio
Rio que llega a las lagunas
Lagunas que me llevan al mar
Mar que me causa enfermedad
Enfermedad que me hace derramar una lágrima
Lagrima que cae por mi mejilla
Mejilla que espera el beso entre la lluvia.
(Janeth Reyes)
CARTA A MIS NIETOS:
Febrero de
2013
Queridos nietos:
Quiero contarles un
poco sobre unos seres que ayudaron mucho en un tiempo a conservar la vida, estoy hablando de
los arboles, ellos nos brindaban el oxígeno para respirar, pues lo procesaban
de dióxido de carbono a oxígeno puro, había de muchos tamaños, formas, colores,
gruesos y delgados, fuertes y frágiles, viejos y jóvenes; nacían de semillitas y tardaban muchos años en
crecer, sus raíces crecían bajo la tierra en busca de agua para tomar, sus
ramas crecían tratando de alcanzar el cielo e intentar tocarlo con miles de
deditos llamados “hojas” , por medio de
ellas transformaban la energía del sol en su comida a esto se le llamaba
fotosíntesis, su tronco al pasar los años poco a poco se iban ensanchando,
acumulando en sus entrañas los años transcurridos, en primavera comenzaban a
retoñar renovando sus hojas desvanecidas, había arbolitos que nos
proporcionaban fruta como la manzana dulce verde, amarilla y roja, el
chabacano, la pera, papaya, mango, higo, el aguacate, membrillo entre otras
más, primero de las ramitas y entre las hojitas retoñaba un capullito el cual
guardaba la florecita que se convertiría en el fruto que te cuento servía
también para alimentarnos, no todas salían en la misma temporada pero siempre
estaban presentes para dotarnos de vitaminas que nos hacían falta. En verano
era una estación del año muy calurosa y con un sol sofocante, los arboles con
su inmensidad de hojas, brindaban una sombra demasiado confortante y fresca,
luego comenzaba el otoño mi estación favorita de todo el año para dar paseos
por debajo de los árboles frondosos, pues me encantaba apreciar los colores
cálidos de los que se teñían, y cuando sus hojas comenzaban a caer, disfrutaba
mucho de pasar sobre ellas y escuchar ese crujir que me relajaba y me
transportaba a un mundo de imaginación perfecto para mi, también los arboles
eran la casita de algunos animalitos y bichos como las ardillas, los gusanitos que
se comían las hojitas , de los monos, pajaritos etc. , el invierno era triste
pero lleno de esperanzas para los arbolitos, pues estos por los aires y las
heladas se quedaban sin hojitas, y solo las ramitas se les veían, este era un
buen momento para podarlos ya que en primavera retoñen y crecían mas, he
guardado en el recuerdo de unas hojitas que he pegado en estas hojas, las
cuales igual que los muebles y otras cosas que utilizábamos en la vida
cotidiana de nuestros tiempos eran fabricadas con los troncos de los árboles y
por el mal uso de este valioso recurso y la sobreexplotación y no reforestación
a tiempo, tristemente los arboles murieron y es por eso que ya no existen
muchas especies, y las que están son guardadas celosamente para su
preservación, les fallamos y les pido perdón por eso, espero que con esta
pequeña reseña ustedes creen conciencia y cuiden la naturaleza y la vida
propia, y no desaprovechen recursos tan valiosos como lo fueron los arboles
para nosotros y que hasta ahora que ya no los tenemos nos dimos cuenta de tan
grave error…
Esperando creen conciencia y cuiden el
medio ambiente, se despide de ustedes su abuela.. Janeth Reyes
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