domingo, 17 de marzo de 2013

Mi encuentro con la lectura.

Encuentro en día lluvioso

Perla Escobar
 
No recuerdo bien la fecha, pero tenía alrededor de 10 años y la escuela en aquel tiempo se me hacía algo monótona y lo mejor que podía tener, eran mis tardes en casa y acompañado a mi madre a un centro de desarrollo que está a escasas cuadras de la casa, donde tomaba diversos cursos. Mientras ella desarrollaba sus habilidades creativas yo me salía al patio a jugar en los columpios y jugaba con niños extraños que rara vez miraba más de 2 o tres veces ocasionales. Había dos tipos de días en los que yo me encerraba  en la biblioteca del centro, el primero era en los días con demasiado sol, cuando el calor es tal, que el metal de los columpios y el resbaladero arde como el fuego y resulta imposible montarse en ellos; el segundo tipo de días, de mis favoritos debo decir, son  esos días lluviosos y nublados  en los cuales  se siente la frescura en el cuerpo, se respira el viento húmedo y huele a verde planta con una mezcla de café tierra. En esos días era encantador sentarme al lado de la venta y ponerme a leer, el ambiente era tan cálido que la lectura se volvía más placentera de lo usual.
Era un día de esos, y la lluvia comenzaba a arreciar demasiado rápido, a lo que mi madre decidió que nos regresáramos a casa antes de que el paraguas no fuera suficiente para cubrirnos, ese día no sé porque razón tome un libro más grueso de los cuales solía tomar, iba escasamente en las primeras páginas y aún tenía un tanto más por delante, pero ya era tarde para abandonarlo en el estante y cambiarlo por otro, esas primeras páginas me atraparon, y me sometían con sus palabras. O no quería marcharme mi imaginación ya había abordado el tren que conducía el libro y entonces escuche que alguien le decía a mamá que podía llevarme el libro a casa, fue en ese momento que me levante la silla tome la mano de mi madre y con el libro bajo el brazo nos fuimos casa, al llegar continúe leyendo  hasta quedarme dormida, al día siguiente continúe leyendo y me sentía tan parte de la trama que no quería dejar de leer.
El libro se llama “Las Mil y Una Noches”  el aparece un rey que por un decepción amorosa, se casa todos los días y por la mañana mata a su esposa, un día  decidió casarse con una bella doncella “Sheresade”, ella sabía que la mataría y entonces pensó en cómo evitarlo, entonces por la noche comenzó a contarle una historia al rey, la cual dejo de contar antes de que terminara y dijo al rey que continuaría la noche siguiente, al rey le fascino la historia y decidió no matarla para oír como concluía la historia, la noche siguiente Sheresade terminó la historia y el rey pidió contara una más, Sheresade, al igual que la noche anterior, la dejo sin concluir, y así pasaron las noches, hasta que un día el rey  se enamoró de Sheresade y ella de él, el decido que no la mataría, vivieron su amor y por mil y una noches Sheresade siguió contando historias a su enamorado.
Así como el rey yo leía las historias del libro y no quería para hasta saber en qué concluían pero el sueño me derrotaba y tenía que continuar al día siguiente, cuando termine de leer el libro sacie mi sed de leer  y mi imaginación estaba más abierta que nunca, desde entonces, busco en la lectura los mundos maravillosos que solo yo puedo conocer.

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