Encuentro en día lluvioso
Perla Escobar
No recuerdo bien la fecha, pero tenía alrededor de 10 años y
la escuela en aquel tiempo se me hacía algo monótona y lo mejor que podía tener,
eran mis tardes en casa y acompañado a mi madre a un centro de desarrollo que está
a escasas cuadras de la casa, donde tomaba diversos cursos. Mientras ella
desarrollaba sus habilidades creativas yo me salía al patio a jugar en los
columpios y jugaba con niños extraños que rara vez miraba más de 2 o tres veces
ocasionales. Había dos tipos de días en los que yo me encerraba en la biblioteca del centro, el primero era
en los días con demasiado sol, cuando el calor es tal, que el metal de los
columpios y el resbaladero arde como el fuego y resulta imposible montarse en
ellos; el segundo tipo de días, de mis favoritos debo decir, son esos días lluviosos y nublados en los cuales se siente la frescura en el cuerpo, se respira
el viento húmedo y huele a verde planta con una mezcla de café tierra. En esos días
era encantador sentarme al lado de la venta y ponerme a leer, el ambiente era
tan cálido que la lectura se volvía más placentera de lo usual.
Era un día de esos, y la lluvia comenzaba a arreciar demasiado
rápido, a lo que mi madre decidió que nos regresáramos a casa antes de que el
paraguas no fuera suficiente para cubrirnos, ese día no sé porque razón tome un
libro más grueso de los cuales solía tomar, iba escasamente en las primeras páginas
y aún tenía un tanto más por delante, pero ya era tarde para abandonarlo en el
estante y cambiarlo por otro, esas primeras páginas me atraparon, y me sometían
con sus palabras. O no quería marcharme mi imaginación ya había abordado el
tren que conducía el libro y entonces escuche que alguien le decía a mamá que podía
llevarme el libro a casa, fue en ese momento que me levante la silla tome la
mano de mi madre y con el libro bajo el brazo nos fuimos casa, al llegar continúe
leyendo hasta quedarme dormida, al día
siguiente continúe leyendo y me sentía tan parte de la trama que no quería dejar
de leer.
El libro se llama “Las Mil y Una Noches” el aparece un rey que por un decepción
amorosa, se casa todos los días y por la mañana mata a su esposa, un día decidió casarse con una bella doncella “Sheresade”,
ella sabía que la mataría y entonces pensó en cómo evitarlo, entonces por la
noche comenzó a contarle una historia al rey, la cual dejo de contar antes de
que terminara y dijo al rey que continuaría la noche siguiente, al rey le fascino
la historia y decidió no matarla para oír como concluía la historia, la noche siguiente
Sheresade terminó la historia y el rey pidió contara una más, Sheresade, al
igual que la noche anterior, la dejo sin concluir, y así pasaron las noches,
hasta que un día el rey se enamoró de Sheresade
y ella de él, el decido que no la mataría, vivieron su amor y por mil y una
noches Sheresade siguió contando historias a su enamorado.
Así como el rey yo leía las historias del libro y no quería para
hasta saber en qué concluían pero el sueño me derrotaba y tenía que continuar
al día siguiente, cuando termine de leer el libro sacie mi sed de leer y mi imaginación estaba más abierta que nunca,
desde entonces, busco en la lectura los mundos maravillosos que solo yo puedo conocer.
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