lunes, 11 de febrero de 2013

Carta a mi nieto


Querido nieto:
Probablemente cuando yo tenía tu edad disfrutaba de la grandeza de la naturaleza que reflejaba a la vida en su más amplia pureza, yo quiero darte una probadita de aquello que sin esfuerzo yo podía ver y tocar pero que hoy solo queda en mis recuerdos, los recuerdos de aquellos espesos árboles que me inundaban de paz y serenidad. Ojalá pudiera regresar el tiempo para entonces tomar conciencia y que cada uno de los que en su mayoría somos abuelos ahora hubiésemos cuidado nuestra naturaleza y ahora en lugar de extrañar ese olor, el ruido que hacían sus hojas al moverse con el viento y que ahora solo puedo ver lo que guardé; su color verde y su frescura queda en mis recuerdos  pues ahora están secas y deterioradas con el tiempo; ya cambiaron de color y cada día se vuelven más frágiles . Su color verde se fue convirtiendo poco a poco en amarillo y ese color se fue haciendo cada vez más café. Ahora ya no reflejan vida si no nostalgia, la nostalgia que invade el corazón de todos los que tuvimos la oportunidad de conocer árboles hermosos y ahora ya no vemos más que esto que quedo en este pedazo de papel para que tu lo conocieras.
Espero que haya logrado llevarte a un viaje de lo que yo pude ver en su máximo esplendor y creo nunca acabaría. Espero que de ahora en adelante formes una conciencia, la conciencia de que no podemos seguir destruyendo nuestro entorno.
Melissa Vargas Franco.

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