POR: MARISOL ARREOLA
RUIZ
MIRADA
Tenía una mirada bonita
bonita como el corazón blanco
blanco como en la estrella la luz
luz naciendo del latido
latido añorando sus besos
besos mágicos como el sol
sol de rayos finos en mi vida
vida dulce al ver su mirada.
RINCÓN
No hay vida en tal lugar
las cosas se difuminan en humedad, en polvo, en olvido.
La centenaria bicicleta del abuelo ha caducado.
¿Quién era el abuelo?
¿Quién era el abuelo?
Todo duerme aquí: los trastes despreciados, aquellos que
nunca tuvieron éxito en la cocina, los muebles añejos, sin otro uso más que
crujir durante la inmensa noche.
En aquel rincón, se asoma un trozo de madera, que fuera el hogar de mi mejor amigo.
Duele su ausencia canina.
ABANDONO
Las rosas viejas anidaron la ventana cobriza, esperando el
fin, la locura, la despedida.
¡Al fin había llegado el frío!
Sin dueño, el solitario hogar despide aroma de melancolía,
de amor, viejos sueños.
Una sombra cuelga de la puerta moribunda: es la evidencia
del paso del tiempo, desmoronando ladrillos, desemparejando riquezas, que en su
blanca estancia fecundó el abandono entre sus muros.
FOTOGRAFÍAS Y MENSAJE
A MIS FUTURAS GENERACIONES
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