lunes, 11 de febrero de 2013


POEMAS

La lluvia en tu mirada

Escuchar la lluvia caer desde mi ventana hace que quiera aventurarme a correr bajo el agua,

agua que me hace sentirme empapada como si hubiese estado en lo  profundo del mar,

mar azul como el infinito cielo que me invita a soñar,

soñar lo que pudo ser y por orgullo dejamos escapar,

escapar de la terrible nostalgia de haber perdido tu mirada,

mirada que  ni con  el paso de los años he podido olvidar,

olvidar es imposible cuando  se trata de amor,

amor por el que lloro y sonrío a la vez, el que me inunda de recuerdos,

recuerdos eternos por los que suspiro y doy mi último grito de esperanza,

esperanza que no se apaga sino que arde en llamas porque no me resigno a vivir para extrañar,

extrañar los besos, abrazos y caricias que nunca me diste y sin más fui feliz,

 

feliz en inmensidad que logré alcanzar lo que sobre pasa las montañas, alcance la paz,

paz que si no estás no existe más, solo queda una chispa de ilusión,

ilusión que ni los hielos enfrían, es tan incansable que siempre permanecerá.

 

 

 

 

 

Areli Alcantar

 

 

Invisible sentimiento

 

¡Glorioso! Es lo que mis ojos ven

Camino hacia la puerta blanca

Entro y lentamente me acerco a 

Un enorme lugar en un inmenso mundo

Un grande baúl en un enorme lugar

Una  pequeña foto en un grande baúl,

Un diminuto recuerdo en una pequeña foto

Un invisible sentimiento en un diminuto recuerdo

Y al final el invisible sentimiento fue más inmenso que el inmenso mundo.

Siento ganas  de llorar y mi mirada cae, veo entonces

En el suelo unos cuantos cerrillo tirados

Los tomo, los enciendo y quemo el invisible sentimiento

Salgo corriendo de ahí y al voltear atrás

La puerta blanca era ahora negra por las cenizas que la cubrían

Por lo que mis manos quemaron.

 

 

 

 

Areli Alcantar

 

 

La antigüedad en Santiago Papasquiaro, Durango


 


¿Qué es lo que veo?

Es increíble ver lo rápido que pasan los años

Los diferencias que marca el tiempo

La tranquilidad que se desvanece con el paso indetenible del calendario.

Esa tranquilidad que irradia es como ninguna

Provoca en mí una enorme melancolía y añoranza

de no vivir en recuerdo sino resucitar esa armonía que tanto falta.

Mirar al cielo y ver el mismo cielo, así tal cual, así despejado que nos llene de su paz.


Los seres humanos siempre ponemos barreras que creemos que nos dan protección, esa misma protección que nos brinda luz, al tener ambas cosas todavía ambicionamos más, el amor.

Pero en ocasiones perdemos el amor cuando las cosas se desgatan de tanto uso o abandono y en ese momento cuando no hacemos uso de la inteligencia para poder valorar lo que nos ha servid tantos años.

A veces decidimos encerrarnos lo cual nos causa mucho frio y eso no es la mejor manera en que podamos vivir, sino salir al mundo y sentir ese calor que solo se puede tener cuando hay vida, cuando llega la muerte sólo sombras quedan.

 

 

 

 

 

 

Areli Alcantar, Brenda Rodríguez

 

Divina creación de Dios
 

Este par de hojas alguna vez pertenecieron a un hermoso y frondoso árbol. Sus hojas se sacudían con el viento, caían lentamente al suelo hasta quedar árbol sin hojas, después con el cabo del tiempo salían brotes nuevos, tenía colores intensos que alegran la mañana de cualquiera que se detenía a observarlo por un instante mientras esperaba la luz verde del  semáforo, soportando aquella vida acelerada, tanto que un día cuando el otoño se hizo presente y la primavera no volvió jamás a dar la cara, gracias a la frialdad e indiferencia con la que tratamos a todos los árboles que cada día nos daban su mejor sonrisa, prometiéndonos respirar ese oxigeno que su naturaleza nos regalaba cada día y todos los días, sufriendo los cambios de cuatro estaciones.

Ahora pequeños míos, quiero que perdonen por no apreciar lo glorioso que mis ojos veían, mis manos tocaban y mi piel sentí, hoy solo quedan restos de lo que fue vida. Pero sueño con que encuentran suelo fértil y termine al fin el letargo sino que con esfuerzo y dedicación siembres semillas y les den el cuidado necesario para que estas germinen y puedan ver con sus propios ojos el abrir de una rosa y sentir la suave caricia del viento rozando sus mejillas.

Que conozcan las casas de las golondrinas que con dedicación hacen para sus hijitos y el hombre sin motivo aparente y algún esfuerzo derriba el nido aquel que acogía a las aves que emprenderían su vuelo para conocer el infinito cielo.

 

 

Hagan un jardín lleno de rosas, rosas de todos los colores que inspiren a vivir, que iluminen miradas y sea hogar de enamorados.

¡Oh! Cuan hermosa es la creación de Dios, que el hombre con sus manos destruye, sin temor alguno.

No recordemos más la inconciencia que tuvimos las generación pasadas, aprendan de los errores que su abuela cometió y que hoy arrepentida les pide un gran favor amen y aprecien con todos sus sentidos el cantar de la naturaleza. Vivan felices y sean aliados del tiempo y de la naturaleza que con amor los abraza.

 

 

 

 

Areli Alcantar

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